No vamos a mentirnos. No ha sido un período muy fácil este de los últimos dos años, ¿eh? Hemos entrado a la década de los 20 de este nuevo siglo con el pie torcido.
Sin embargo, en Misley vamos a retomar el rumbo. Y es un rumbo muy particular y agradable.
¿Has oído hablar de…?
Hedonismo, la vuelta a los sentidos.
Dice nuestra querida RAE:
Hedonismo. Nombre masculino.
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Doctrina ética que identifica el bien con el placer, especialmente con el placer sensorial e inmediato.
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Tendencia a la búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida.
Sí, señora.
Volver a disfrutar.
Le preguntamos a Montse, cabecilla pensante de Misley, por qué esta colección es tan especial, porque nosotras lo vemos, lo apreciamos, y queremos saber qué significa para ella.
Responde, atención:
—No sabría deciros… Tiene… más color. Es… más fuerte.
Quizá esta colección es especial porque supone retomar un poco ese joie de vivre. Con el mismo color, con la misma fuerza de antes, si no más, porque ahora somos conscientes de lo que eso supone. Volver a olfatear, a saborear. A dejar que se nos cierren un poco los ojos cansados y que vuele la imaginación a esos otros sentidos que se habían quedado algo descuidados.
Así que en Misley vamos a dejar que la pituitaria se llene con el aroma de las plantas y flores en las que nos hemos inspirado:
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Plumeria
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Silver dollar eucalyptus
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Fresia
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Honeysuckle…
Y también:
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Cranberries
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Arugula leaf
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Geranium leaf
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Lilac
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Antirrhinum (snapdragon)
Aunque te sorprenda, no necesitamos meternos a la boca estas florecillas —ni tampoco las prendas, ¿eh?— para apreciar toda su fragancia. ¿Por qué? Porque tenemos los olores y los sabores muy asociados. De hecho —y ahora nos ponemos técnicas—, muchas partículas olorosas penetran por la parte posterior de la fosa nasal, procedentes del lugar de los alimentos o bebidas que saboreamos. Así, parte de lo que consideramos «sabores»… son en realidad «olores».
Y no, no tenemos registro de pocos: un ser humano puede distinguir hasta 10.000 olores distintos.
¿Recuerdas cómo olía la cocina de tu abuela después de hacer ese bizcocho en el horno? ¿Y cómo sabía la leche con galletas que te preparaba tu madre?
¿Recuerdas cómo olía la piel de tu primer amante? ¿Y cómo sabía su boca?
Es cierto que si hablamos de seres humanos, hablamos de animales visuales. Reconocemos todo por la vista, es el sentido más potenciado. Pero no el más potente. En realidad, nuestros recuerdos están asociados a eso. A olores.
Imagínate con una de estas prendas —la que más te guste, ¡elige!—, desplegando el aroma de tu suavizante, de tu colonia… junto con el propio aroma de Misley. Imagina la conjunción que eso supondría, y cómo quedaría en tu cuello. Imagínate ahora a la persona que amas inclinándose sobre ti, aprehendiendo todo el aroma que desprendes. Imagínatelo… porque así te recordará esa persona siempre.
Bienvenidos a la nueva colección hedonista, la que vuelve a vivir en los olores y sabores. Recuperamos la joie de vivre contigo.