Hay momentos en los que se produce una conexión mágica. También lo laboral, sí, pero sobre todo en lo creativo. En esas ocasiones, la familia de Misley se amplía de una forma extraordinaria en lo que llamamos «colaboraciones».
Así, en estos amores fugaces de conexiones permanentes, damos origen a una colección exclusiva que, en este caso, ha venido de la mano de Areté.
Areté es una firma de joyas de cerámica polimérica que se parece mucho a Misley en ciertas cosas —¡por eso surgió el amor!—. Entre ellas:
- Nos inspiramos en formas y figuras de la propia cultura. En Misley nos gusta viajar, pero Areté es más mediterráneo. Flores, olores, arquitectura…
- Las líneas son ligeras y los diseños, originales. Nos basamos en lo simple para hacer piezas perdurables, igual que en Areté, combinables hasta el infinito…
- Apostamos por el proceso con mimo. Areté está hecho a mano de una forma absolutamente delicada. Por eso, las tiradas que tenemos en Misley y Areté son reducidas. Nos gusta lo exclusivo.
- Además, mientras que nosotros tenemos a Agata Cape como orgullosa embajadora, ellas tienen nombres de mujeres filósofas en cada pieza.
- ¿No parecen coincidencias suficientes? Pues, por último, Irene Coll y Montse Muñoz —las mujeres al frente de Areté y Misley, respectivamente— recibieron una flechita de Cupido cada una.
¿Cómo empezó esta historia de amor?
Montse e Irene se conocieron en un market de los que hace Misley —Planet Venus, una plataforma de venta para la mujer emprendedora— y enseguida empezaron a elucubrar ideas para maridar de manera perfecta esta nueva colección de Olores y sabores con las joyas de cerámica de Areté.
Siempre comprometidas con su propio arte, con un consumo responsable y con una protección del medio ambiente; no ha sido nada difícil idear y materializar este sueño.
Un amor, como decimos, que es temporal, pero infinito. Como todos los buenos romances.